¿Está bien robarle a un ladrón? ¿Es moral un atraco a un estafador que te robó todos los dólares y hasta las ilusiones de poder salir adelante en medio de una crisis descomunal como fue la de Argentina en el 2001? Las respuestas las podremos vislumbrar en esta novela que nos engancha desde la primera página. El talento de Eduardo Sacheri nos inspira tratando de decirnos, que a veces la delgada línea que separa las buenas de las malas acciones, o en sus términos: al “hijo de puta” de los que no somos “hijos de puta” está a un “sonido de alarma” de distancia.
Un grupo de vecinos de un pueblo llamado O’Connor, casi abandonado y decadente, de la Provincia de Bs. As. planean comprar un predio para armar una cooperativa y juntan sus escasos ahorros. Se trata de Fermín Perlassi, ex jugador de fútbol y dueño de una estación de servicios, su esposa Silvia y Antonio Fontana, un anarquista radical dueño de una gomería, quienes conciben un proyecto que luego se convertirá en una audaz maniobra para recuperar lo perdido. Están también: Belaúnde, ex jefe de la Estación de trenes; Lorgio empresario transportista; Medina, un casi indigente; los hermanos López; Rodrigo el hijo de Perlassi y Hernán, el hijo de Lorgio. Como no les alcanza para comprar la propiedad de “La Metódica”, recurren al Banco por un préstamo, donde el Gerente Alvarado en una operación fraudulenta y en complicidad con el inescrupuloso empresario, Fortunato Manzi, se quedan con lo depositado justo antes que se declare el corralito bancario. ¡Les tomaría 20 años en recuperar el total de sus depósitos…!
El cinematográfico plan que lidera Perlassi, nos hace vibrar y a la vez odiar al villano Manzi, que Sacheri se encarga de pintarlo lo más maldito posible, cosa que nadie se ponga de su lado en este conflicto. Y en medio de toda esta merecida revancha, Rodrigo encuentra algo (o alguien) mucho más importante, que al final acierta “…que ese, precisamente ese, es el último segundo que va a vivir, en toda la vida, ignorando cómo es besar los labios de Florencia”.
La noche de la Usina nos hace sentir que la estafa nos podría haber sucedido a cualquiera de nosotros. Su narrativa ágil, con sentido del humor, cercana y con un lenguaje muy argentino, hace que inevitablemente tomemos parte por los amigos indefensos ante las circunstancias del país, quienes parecen haber nacido para perder siempre ante los “vivos” y poderosos que invariablemente consiguen ganar. El autor narra los hechos de tal forma de convertirlos en una noche secreta e imborrable.
Es una novela para disfrutar que armoniza la chispa y el ingenio con el drama, el odio y la avaricia con la delicadeza del amor, y que reivindica a los que perpetuamente parecen ser los perdedores. Seguramente muchos vieron la película “La Odisea de los Giles” que me pareció excelente, y aunque las imágenes pueden decir bastante, en mi opinión, prefiero mil veces leer el libro: los detalles de cómo van armando las estrategias para el gran golpe, el buscar ideas en las viejas películas de Hollywood, las elucubraciones mentales de Manzi cuando siente las alarmas y hasta las fantasías amorosas de Rodrigo, son más difíciles de materializar en el lenguaje audiovisual, y las palabras escritas le llevan totalmente la delantera.
Merecidamente ganadora del Premio Alfaguara de novela 2016. ¡No dejes de leerla!
Lic. Bibiana Paesani 13/03/2021
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