A veces la historia parece repetirse. Cuenta el Antiguo Testamento
que el Faraón no quería liberar al pueblo hebreo de la esclavitud. Moisés, con
el poder de Dios, golpeó el agua con su cayado y el Nilo se convirtió en
sangre. Esto es recordado como la primera plaga contra los egipcios. Los
científicos afirman que fueron algas rojas, frecuentes en ese río. En estos
días, el Sarandí, que fluye por zonas castigadas por la pobreza, se tiñó de
rojo. Los vecinos se alarmaron por la contaminación de residuos industriales.
Ya no quedan niños jugando descalzos en la orilla, ni hay chapuzones
desde la roca más alta. No están los pescadores en la parte más honda, buscando
su alimento diario. Añoro las siestas recostado en su lecho sintiendo su
frescura que me aliviaba el calor. Caminar por la arena, mientras buscaba un refugio
a la sombra de un sauce.
Entonces, como ahora, la tierra herida sangra por causa de los
hombres.
Febrero / 2025


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