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Salta Capital, Salta, Argentina

sábado, 20 de septiembre de 2025

Cuento: "Canela y azahares"

T
odas las tardes los vecinos del barrio los ven corretear por las anchas veredas. Salen en grupos de la escuela y se acompañan hasta que cada uno va llegando a su casa. La niña se despide de sus compañeros y cruza corriendo por el zaguán. Entra a la sala de grandes sillones. Se saca el tapadito de paño y lo cuelga en el perchero. Se alegra al ver los rayos del sol de la tarde, que atraviesan la mampara de vidrios y pintan de colores su delantal. Deja su portafolio de cuero sobre la mesa llamando a su madre. Tiene la nariz roja y húmeda por los últimos fríos de agosto.

Cruza la galería de la casa tipo chorizo al tiempo que una ráfaga de viento le trae el aroma a canela desde lejos. Llega a la puerta de la cocina. Se acerca despacio para mirar cómo trabaja su madre. Le encanta verla cocinar. El perfume que inunda el ambiente le revela el tesoro que hay en la olla. La madre la mira y adivina lo que su hija está deseando. Con un guiño cómplice, saca la cuchara de madera y le da para que pruebe. Ella sopla con suavidad, y lo saborea con los ojos cerrados. Su cara dibuja una sonrisa de enorme alegría. En la olla las ramitas marrones siguen flotando entre los borbotones del arroz con leche.

La madre apaga el fuego, busca un tazón de loza, lo llena hasta el borde. Luego agrega un copete de dulce de leche, de esos espesos que se usan para las tortas. La niña observa complacida dando saltitos de satisfacción. Lo recibe con sus dos manos, con cuidado se va a la galería, se sienta en uno de los sillones. Mezcla con la cuchara formando espirales con el dulce de leche y el blanco del arroz. Mira las ramitas en la taza que parecen los restos de un naufragio, mientras huele el humito que sube. Disfruta con lentitud su manjar preferido. Se olvida del frío.

En tanto la pequeña se deleita con su postre, su madre abre la puerta que va hacia el fondo y una brisa con olor a azahares, le despeja la cara. Se acerca a observar las flores del limonero. Se está anunciando la primavera. La madre regresa, y contempla a su hija contenta y agradecida. Entre los árboles del jardín, cae el sol del atardecer como bendiciendo la antigua casa.


Mayo/2024

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