Recuerdo que mi abuela murió cuando yo tenía solo cuatro años. La quería mucho, porque me contaba cuentos. Después de trece días en terapia intensiva, se fue. No entendía bien qué estaba pasando. Muchas caras tristes y ojos llorosos. Ese día, fuimos en cortejo hacia el cementerio, acompañando un cajón negro. Yo iba en un auto consolando a mi mamá.
De pronto, la vi subiendo como un ángel entre
las nubes. Grité:
- ¡allá va la abuela! -
- si hijita, ¡ella seguro que se va al cielo! -
...dijo mi mamá, cabizbaja.
Desde entonces, todas las noches mi abuela baja
del cielo a visitarme, y me cuenta cuentos, con ángeles y estrellas. No se lo
dije a nadie. No me creerían...
11 de marzo de 2022
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